¡Mirad qué cuadros primaverales podemos crear de forma sencilla y divertida!

Para preparar un cuadro de la primavera necesitaremos una cartulina, cañitas de refresco, témperas, pegamento y tapones reciclados de botellas de varios colores y tamaños.

Cuando tengamos todo el material dispuesto, pediremos a los peques que hagan una clasificación de los tapones teniendo en cuenta su color, con lo que podremos hacer un trabajo de clasificación matemática.

Una vez esté todo clasificado, lo primero que haremos será colocar las cañitas de refresco de forma vertical sobre la cartulina y pegarlas a ella. Las cañitas serán los tallos de nuestras maravillosas flores. Podemos torcer hacia un lado la parte superior de la cañita para que el cuadro quede más realista y se vea que no todas las flores están siempre colocadas en la misma posición. Los peques con esto estarán trabajando la direccionalidad. A continuación, en la parte superior de la cañita pegaremos un tapón para que haga de centro de los pétalos de la flor. Alrededor de este tapón iremos colocando y pegando tapones de otro color para crear los pétalos de la flor. Con témperas, rotuladores o ceras blandas podemos dibujar hojas saliendo del tallo hecho con la cañita de refresco.

Para crear un paisaje primaveral más completo, por ejemplo un pequeño jardín, podemos pegar alrededor de las flores tapones que hagan de mariquitas y de abejas; los peques deberán pensar de qué colores son estos insectos para elegir coherentemente los colores de los tapones para crearlos. Encima de los tapones, con rotuladores o témperas les dibujaremos caras y las manchas o rayas características de estos bichitos para que se los identifique fácilmente.

Y ya tendremos un cuadro primaveral sensorial en 3-D para colgar en la pared de la habitación o para decorar el aula.