¿Os imagináis lo que los peques van a disfrutar creando una manualidad futurista  con material reciclado? Además de un rato entretenido en el que den rienda suelta a su creatividad, van a aprender muchas cosas.

Para preparar este robot tan divertido necesitaremos una caja de cereales vacía, rollos de papel higiénico y de cocina, tapones de diferentes tamaños y colores, chapas, papel de plata y alambre.

Una vez reunidos los materiales, lo primero que haremos es forrar la caja de cereales con el papel de plata para crear el cuerpo de nuestro estrambótico robot.

Para hacerle los pies, forraremos también con papel de plata dos rollos de papel higiénico y los pegaremos con pegamento debajo de la caja de cereales.

Para los brazos, cortaremos dos rollos de papel de cocina para hacerlos un poco más cortos, los forraremos con el papel de plata y los pegaremos en cada extremo de la caja.

Con otro rollo de papel higiénico forrado en papel de plata, haremos la cabeza. 

Cuando ya tengamos el cuerpo del robot montado, lo decoraremos y le haremos cara para darle más expresividad.

Por el cuerpo le pegaremos tapones de colores de distintos tamaños como si fueran los botones que pulsar para pedir al robot que haga distintas acciones. Para hacerle los ojos, queda bien pegarle dos chapas para diferenciarlos de los «botones» del cuerpo. Para hacerle la boca, podemos recortar una cartulina blanca de forma rectangular y dibujarle encima dientes y pegársela en la cara. Para completar nuestro robot, podemos ponerle dos antenas en la cabeza, que serían dos hilos pequeños hechos de alambre.     

Los peques de lo pasarán en grande fomentando así su imaginación, creatividad y coordinación óculo-manual.

Fuente: Pinterest